Ya son cinco los post que hemos dedicado a la conciencia plena. Por ello, antes de comenzar el nuevo año con otro de nuestros consejos, nos gustaría hacer un pequeño resumen de lo importante que es afrontar la situación presente; algo que nos ayudará a crecer y a ser felices en cada momento ya que es importante para nuestro bienestar personal y profesional.
Como ya sabéis, la consciencia plena (Mindfulness) es la energía de estar consciente y despierto en el presente. A menudo estamos tan ocupados que nos olvidamos de lo que estamos haciendo o incluso de quienes somos.
Para practicar nuestros consejos no es necesario nada especial, pero sí que al comenzar a ponerlos en práctica, y para crear hábito, recomendamos un lugar tranquilo donde puedas concentrarte sólo en tu interior mental en el momento presente. Comienza por practicar diez minutos al día, avanzando en cada uno de nuestros ejercicios, y adóptalo como una rutina diaria. Ten conciencia de tus pensamientos, pero ten al mismo tiempo la disposición para dejarlos ir y que dejen de ser por completo el foco de tu atención.
El Mindfulness habla mucho de la actitud presente y la superación de lo pasado, pero ¿cómo afrontar la actitud en el presente?
- Con Aceptación
Vicente Simón define la aceptación como no oponer resistencia a lo que ya es. ¿Qué significa esto? Pues que el concepto aceptar no significa una renuncia del futuro, sino reconocer la realidad que ya es en el presente, es decir lo que ya ha sucedido no es algo que esté bajo nuestro control o podamos cambiar, por lo que aprendamos y crezcamos con ello. Lo que somos hoy está motivado por lo vivido en el pasado.
- Desapego
El desapego es otro término esencial en la práctica del Mindfulness. Pero, ¿qué se entiende por desapego? El desapego no es más que desprenderse de algo a lo que estás aferrado, que normalmente suelen ser ideas o rumiaciones que hacen que vivamos preocupados por lo no conseguido o por lo ocurrido en el pasado que no habíamos previsto o deseado. Y si es tan importante el desapego es porque sin él es imposible llevar a cabo una buena meditación. Para tomar conciencia plena hay que desprenderse de las cosas e ideas que no suman.
- Curiosidad o mente de principiante
Esto significa dejar a un lado el pasado y centrarse en el presente para experimentar nuevas experiencias que se te habían pasado por alto. Es lo que se podría denominar como desaprendizaje para adquirir nuevos aprendizajes.
- Imparcialidad
Otro factor muy a tener en cuenta es el hecho de no juzgar lo que se ve, se oye o se piensa. No es tarea fácil, pero resulta fundamental para conseguir un estado de atención plena. Eso no significa que dejes de percibir la realidad que te rodea, sino que simplemente dejes de juzgarla.
Uno de los objetivos de la práctica del Mindfulness es tomar conciencia de que no vives en el futuro, sino en el presente. Aunque parezca una obviedad, la vida actual está programada para proyectarse más en el futuro que en el presente, lo cual hace que vivamos con estrés y en una multitarea continua, sin ser eficaces y efectivos en el “hoy”.
De este modo, y siguiendo con nuestra serie de consejos para desarrollar la conciencia plena, en el post de hoy proponemos un ejercicio para trabajar la “llamada a la atención”.
EJERCICIO 4:
En este ejercicio consiste en centrar tu atención en la respiración cada vez que se produce una señal ambiental específica. Por ejemplo, cada vez que suena el teléfono. Simplemente elige una señal ajena a ti. Cualquier cosa es válida. Cada vez que te miras en el espejo, cada vez que tus manos se tocan, cada vez que oyes el claxon de un coche, el silbido de un pájaro…
Esta técnica está creada para conseguir que, cuando se realiza la acción de enfocar la respiración, tu mente viaja al momento presente y se hace consciente de ello.
Desarrollar y practicar esta técnica de atención tiene un inmenso poder relajante y de tomar conciencia de la realidad.
