De la suerte en el trabajo

suerte en el trabajo

De la suerte en el trabajo

suerte en el trabajo

 

Tener un trabajo, y que además sea satisfactorio, depende de muchos factores, que mencionaremos en este artículo, si bien todos hemos escuchado con frecuencia utilizar la palabra suerte en relación con el trabajo: “Tiene un trabajo muy bueno, ¡qué suerte!”, “Le han promocionado, ¡qué suerte!”, o “Le han trasladado a París, ¡qué suerte!”, o en los últimos años, por desgracia, simplemente, “Tiene un trabajo, ¡qué suerte!”.

¿Suerte? Suerte es azar azaroso, es decir, una circunstancia que ocurre sin que hayamos hecho nada para que suceda, sino que es casual, fortuito. Realmente, ¿alguien puede pensar que lo que marca la diferencia entre un profesional que progresa en su carrera y otro que se queda estancado y no evoluciona es casual y fortuito?

Difícilmente. Con una reflexión más profunda, todos veremos que detrás del profesional que evoluciona hay otra serie de factores, ninguno de ellos vinculado con la suerte.

¿Qué significa entonces la suerte en el ámbito laboral?

Significa preparación, proactividad, anticipación, capacidad de construir relaciones positivas con jefes, compañeros, clientes, proveedores; en definitiva, trabajar la propia empleabilidad y tener la capacidad de sobreponerse a las adversidades.

De ello se deduce que el que ha tenido la suerte de que le trasladen a París, se debe probablemente a que se ha esforzado para dominar un idioma que no es el suyo, o quizá, que antes que perder su empleo, ha aceptado un traslado a otro país, algo que otros no han estado dispuestos a hacer.

Creer en la suerte no es perjudicial en sí mismo, el optimismo es una buena cualidad profesional, pero confiar en la suerte para que ésta decida nuestro devenir profesional es como mínimo muy arriesgado, ya que con esta actitud no se emprenden acciones para hacer que las cosas sucedan. También hay personas que ni siquiera confían en la suerte, sino que se amparan en la mala suerte para no emprender esas acciones, se auto derrotan de antemano.

Muy al contrario, la relación del profesional de talento con la suerte tiene otras connotaciones, tales como:

  • Eligen su profesión basándose en su vocación, en algo que les apasione, aunque esté peor remunerado.
  • Trabajan y perseveran para lograr sus objetivos, que suelen ser ambiciosos y retantes.
  • Siguen su “visión”, prueban cosas diferentes en vez de seguir el camino trillado.
  • El aprendizaje es una constante en sus vidas, se preparan para hacer mejor lo que ya hacen bien, y para poder hacer otras cosas nuevas que aún no dominan.
  • Se recuperan siempre de las adversidades que sufren, aprendiendo de los errores cometidos y volviendo a poner empeño y pasión en las nuevas acciones que emprenden.

No queremos decir que no exista la suerte, no es objetivo de este artículo profundizar en el concepto suerte. El objetivo de este artículo ha sido poner de manifiesto la convicción de que nuestra suerte nos pertenece, tenemos que crearla y mantenerla con trabajo y perseverancia, emprendiendo proactivamente acciones que nos conduzcan al éxito en los proyectos que emprendemos, y poniendo pasión en lo que hacemos, y, si además, tenemos suerte, mejor, pero que la suerte en el trabajo nos sorprenda esforzándonos en aras a mejorar y mantener nuestra empleabilidad.

Y para finalizar, dos frases célebres sobre la suerte de dos de los pensadores más conocidos del siglo XX: Isaac Asimov y Albert Einstein respectivamente

“La suerte favorece sólo a la mente preparada”

 “Tendremos el destino que no hayamos merecido”

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